martes, 30 de diciembre de 2008

Centollo

He comprado un centollo para despedir el año. La casa por la ventana. oooeeee

Tan contenta. Pero cuando he visto que movía sus patitas y que lo he encerrado en mi nevera a la espera de llevárselo mañana a mi madre me ha dado una pena tremenda.

Me lo he imaginado aterrado en la oscuridad y la sequedad del interior de la nevera, esperando su fin innecesario, solo para que unos colgados celebren el fin de año distraidos machacando su cuerpecito. Podría continuar en el mar, tan contento, nadando en su habitat.

Menos mal que vivo en Madrid y que el Manzanares, además de ser un río, está más seco que la mojama, porque si llego a estar en la costa lo tiro de nuevo al mar. Será por dinero.

En lugar de eso me lo imagino en el coche camino a casa de mi madre trepando por la bolsa y pegándome un pellizco vengativo en la pierna del acelerador. Dios. Pánico en la carretera.

Me he visualizado como Woody Allen en Annie Hall luchando contra las langostas.

Feliz salida y entrada de año 2009.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

En esos casos la opción menos cruel puede ser congelarlo. Es una muerte más dulce.

Y bueno, somos depredadores, no podemos negarlo. Yo, como soy botánico, defiendo a las plantas a base de comerme a las vacas, que también es otro buen punto de vista.

Buen año, mi Señora Dama.

Anónimo dijo...

Espero que lo haya pasado bien D.Micro. El pobre centollo me dio pena pero luego dimos buena cuenta de el...

Anónimo dijo...

Sí que lo he pasado bien, Dama Bala. Ahora sí, para equilibrar tengo que pegarme (como mínimo) todo Enero en inanición.

Un besote. Cuídeseme.

Anónimo dijo...

Vamos Micro, que estás gordo como el centollo...

Anónimo dijo...

Pues sí. Pero con más posibilidades de engordar, dada mi ausencia de exoesqueleto...

Un asco.

Mil besos.

Anónimo dijo...

Quién no coma más y se ponga hasta arriba en navidades que tire la primera piedra...además, bastantes disgustos te da la vida como para renunciar a las satisfacciones!!