martes, 28 de octubre de 2008

Ch

Tal vez fuese maniático. Sólo sabía hablar con la che. Intentar mantener un diálogo con él se convertía en algo cómico. El interlocutor siempre terminaba intentando controlarse la risa y finalmente soltando pequeñas ráfagas de sonrisa. Eso sí, sin asomar ni un diente. Los ojos vidriosos y con esa chispa de juerga controlada.

Solo comía chorizo, chistorra, chuletitas y chirlas. A veces se lanzaba y pedía chalchichas. Le entendían. De dulce no perdonaba unos churros con chocolate caliente. Y de fruta sus chirimoyas.

Vivía en un chalet con chimenea en Chamberí.

Su bebida favorita era el champán.

Viajaba a China y a Chechenia. A veces también se dejaba caer por Checoslovaquia pero desde que se quedo en la República Checa dejó de hacerlo.

Su novia se llamaba Charo y sólo sabía hablar con la Z.

Imagínense el resto.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha recordado a la película "Mejor imposible". Manías y más manías. Con la edad uno las a coleccionando o como dice un amigo, la verdad, es que soy así desde pequeño.

Anónimo dijo...

Claro que me lo puedo imaginar, CHoCHo, eso es lo que le traía loca.

Anónimo dijo...

Será Zo Zo, que habla con la Z

Anónimo dijo...

Seguro que era un chufla, el tío.

Y la gente se aburre de bailar sólo el chachachá, por supuesto.

En fin, las cosas.